La montaña rusa debe su nombre a las diversiones desarrolladas durante el invierno en Rusia, donde existían grandes toboganes de madera que se descendían con trineos deslizables sobre la nieve. Irónicamente, los rusos le llaman Amerikánskiye Gorki (en ruso: Американские горки) o "montaña americana".
Los primeros prototipos de montañas rusas eran trenes por gravedad con muchos cambios de rasante en la década de 1880. LaMarcus Adna Thompson patentó la primera montaña rusa el 20 de enero de 1885. Estas montañas rusas primitivas fueron usadas por las compañías ferroviarias para ofrecer diversión los fines de semana, cuando había menos pasajeros. Por 1912, la primera montaña rusa de fricción inferior fue diseñada por John Miller, también llamado el Thomas Edison de las montañas rusas. Luego, las montañas rusas se extendieron por todo Estados Unidos y el resto del mundo. Posiblemente la montaña rusa histórica más conocida, Cyclone, fue abierta en Coney Island en Brooklyn, New York en 1927. Como Cyclone, todas las primeras estaban hechas de madera. Muchas montañas rusas de madera antiguas, están funcionando actualmente, en parques como Kennywood cerca de Pittsburgh, Pennsylvania y Big Dipper, en Blackpool Pleasure Beach, Inglaterra, UK.
La Gran depresión marcó el final de la primera edad de oro de las montañas rusas y los parques. Los parques de atracciones en general, cayeron en una crisis de la que no se recuperaron hasta 1972, cuando construyeron Racer en Kings Island en Mason, Ohio (cerca de Cincinnati). Diseñada por John Allen, el éxito instantáneo de Racer sucedió una segunda edad de oro que dura hasta nuestros días.
La Gran depresión marcó el final de la primera edad de oro de las montañas rusas y los parques. Los parques de atracciones en general, cayeron en una crisis de la que no se recuperaron hasta 1972, cuando construyeron Racer en Kings Island en Mason, Ohio (cerca de Cincinnati). Diseñada por John Allen, el éxito instantáneo de Racer sucedió una segunda edad de oro que dura hasta nuestros días.
En 1959, el parque temático recientemente abierto Disneyland introdujo una de las más grandes innovaciones de este mundo: el acero tubular. Matterhorn Bobsleds, fue la primera coaster en usar una vía con raíles de acero con forma tubular. De forma diferente a los railes de madera tradicionales, estas pistas se pueden doblar en cualquier dirección, lo que permite incorporar rizos, tirabuzones, y otros muchos elementos en sus diseños. La mayoría de montañas rusas modernas están construidas con acero, pero no por ello se ha abandonado la construcción en madera, de hecho, los buenos parques suelen tener al menos una montaña rusa de madera.
Algunas de las mayores innovaciones de las montañas rusas actuales son debidas a cambios en el diseño de los coches (vagones). En algunos, que sólo constan del arnés (algo como si fuera invertido, pero sin serlo), no tienen suelo, con las piernas de los viajeros colgando en el aire y permitiendo una visión libre del suelo (a muchos metros) y la vía (a gran velocidad), lo que da mayores emociones. En otros, se viaja de pie. En otras se viaja sentado en dirección contraria al avance, de revés (también llamado backwards), con lo que los aventureros no conocen en que dirección se moverá el tren en la próxima curva. Otra innovación más allá son las montañas rusas voladoras, en las que los paseantes van tumbados bocabajo (la mayor parte del trayecto) y sólo están sujetos por un arnés, lo que da una sensación de ir volando.
Algunas de las mayores innovaciones de las montañas rusas actuales son debidas a cambios en el diseño de los coches (vagones). En algunos, que sólo constan del arnés (algo como si fuera invertido, pero sin serlo), no tienen suelo, con las piernas de los viajeros colgando en el aire y permitiendo una visión libre del suelo (a muchos metros) y la vía (a gran velocidad), lo que da mayores emociones. En otros, se viaja de pie. En otras se viaja sentado en dirección contraria al avance, de revés (también llamado backwards), con lo que los aventureros no conocen en que dirección se moverá el tren en la próxima curva. Otra innovación más allá son las montañas rusas voladoras, en las que los paseantes van tumbados bocabajo (la mayor parte del trayecto) y sólo están sujetos por un arnés, lo que da una sensación de ir volando.
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